El argentino había sido expulsado contra Universitario de Deportes y su presencia hizo mucha falta para el encuentro contra Wilstermann. Incluso, muchos hinchas comenzaban a cuestionar si realmente se echaba en falta el juego del ’10’ que había traído la dirigencia. En la goleada de Oriente se llevó todos los aplausos y tuvo un partido de 10.
Paulo Rosales sacó a relucir toda su técnica y su mejor versión con una actuación que dejó satisfechos a los asistentes. Participó en todos los goles, dio pases entrelíneas que en la gran mayoría de los casos rompía y descontrolaba la primer línea de Guabirá. Su visión de cara al arco rival siempre fue acertada. Su pases eran muy precisos y el control del balón ordenó el ataque del conjunto albiverde en todo el partido.
Asistió para el gol de Cano y Mercado y convirtió el cuarto, comenzando él, el contragolpe y siendo asistido por Meza para coronar su gran noche. Rosales mostró su mejor versión y se ganó el aplauso del hincha Orientista.
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